Está a la vuelta de la esquina y si no la conocéis no os la podéis perder, un mar de manos, un mar de lágrimas, un mar de emoción...
Ahí va la reseña:
Ahí va la reseña:
La encamisá de Torrejoncillo...
Oscurece y las hogueras cumplen su cometido, reunir a familiares, vecinos y visitantes, todos juntos para disfrutar y emocionarse en una noche mágica.
En las estrechas calles se oye el ruido de los cascos, todo se ilumina con la tenue luz de los faroles y únicamente rompe el silencio el estruendo de las salvas que espantan las importunas nubes.
Y sale el estandarte, y todo se vuelve un mar de manos y las gargantas de los torrejoncillanos se liberan del nudo para lanzar vivas con trozos de corazón prendidos.
Se escapan las lágrimas y se produce el reencuentro con los recuerdos, faltan algunos, pero la tradición sigue viva.
La procesión ha empezado...
¡Viva la reina de los ángeles! ¡Viva!
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